Desde 1969, cuando en Estados Unidos desarrollaron una red de dispositivos interconectados para compartir información de forma rápida durante la Guerra Fría, ha ido evolucionando. Hoy, estamos en la cúspide de una nueva transformación que promete mucho, la Web 3 es el futuro -y no muy lejano-.
Una red más segura, más abierta y que termine con la desigualdad que la Web 2.0 ha generado entre usuarios y desarrolladores. Esto último, en referencia a la brecha que existe entre los beneficios que obtienen de los usuarios que crean contenido en las plataformas, sin darles nada a cambio.
¿Cómo esperan que la Web 3 mejore este aspecto? Con la aplicación de blockchain a los contenidos y experiencias de uso en los servicios en línea. Una de las principales novedades que la nueva arquitectura web proyecta y que ya comienza a ser una realidad. Te contamos todo lo que se sabe hasta el momento.
¿Qué es la Web 3 y en qué se diferencia de la Web 2.0?
La Web 3 no es un nuevo Internet que puedas adquirir para empezar a usar, ni un servicio de red como el 4G o 5G. Se trata de una adaptación progresiva de la red que ya conoces y usas. Por eso, puede ser difícil comprender la diferencia en los difusos horizontes que separan esta nueva arquitectura red de las anteriores.
Para empezar, en sus inicios, la Web 1.0 no era más que un método de acceso a ciertos contenidos. Permitía el consumo, pero no admitía una acción bidireccional y el código HTML era excesivamente rígido para el armado de sitios. Afortunadamente, la Web 2.0 llegó para permitir una mayor interacción:
- Se caracterizó por el desarrollo de múltiples redes sociales.
- Cambió por completo el modo de interactuar, convirtiendo al “espectador” en un internauta participativo y creador de contenido.
- Favoreció enormemente a la Globalización.
- Aparecen los gestores de contenido para diseño más dinámico de sitios.
- Permitió el crecimiento a escala gigante del comercio electrónico.
- La “moneda de cambio” era prácticamente los “likes” en las redes, ya que el único beneficio era la aceptación de otros internautas.
Como verás, la red está en constante cambio y movimiento. El empleo cada vez más específico y especializado ha direccionado su evolución hacia lo que hoy en día se conoce como Web 3. Sus principales características son:
- La nube como unidad de almacenamiento de la información.
- La clasificación semántica de los contenidos en sitios web para una mayor personalización y agilidad en la lectura del algoritmo.
- Sistema blockchain como registro de los intercambios informáticos en la red.
- Descentralización de los intercambios producidos en las plataformas, a través de criptomonedas y token.
- Adaptación de la inteligencia artificial para mejorar la navegación e interacción con los contenidos desde los distintos dispositivos.
La Web 3 se inicia con la gran “mudanza” de los registros de todos los datos a la nube. Esto motivó una sofisticación de los protocolos de encriptación y el desarrollo de sistemas de seguridad informática como lo es la blockchain. Es aquí donde recae la mayor expectativa en el futuro de las finanzas virtuales.
El rol de token y NFTs
Si algo caracterizó a la Web 2.0 fueron las redes sociales, que se cargaron de contenidos no por sus desarrolladores, sino por sus usuarios. Los beneficios de estas ganancias fueron completamente canalizadas por los bolsillos de unos pocos, sin justicia para los verdaderos responsables.
Aquí es donde entran en vigor los tokens y NTFs, unidades digitales para el intercambio en la web. Son producto de la tecnología blockchain, el verdadero diferencial de esta nueva Web 3. Su objetivo es la descentralización de los intercambios y la posibilidad de obtener porciones propias de información.
El futuro del comercio con las criptomonedas
La descentralización se basa en una forma de realizar intercambios financieros sin la necesidad de un intermediario. Las criptomonedas, por su registro seguro en blockchain facilitan estas operaciones. El sistema impide la duplicación de un mismo registro y previene el desafío de control que suponen otras monedas virtuales.
Cada dato se enlaza en la cadena como un eslabón inamovible con un lugar seguro e imposible de romper. Así, se garantiza la seguridad en las transacciones, en un contexto social donde las compras e intercambios en línea están en auge. Las cripto son el futuro de una libertad financiera segura en la Web 3.
¿Traerá una expansión del “Metaverso”?
El metaverso ya es una realidad, sobre todo, en el mundo de los videojuegos y el arte digital. Las condiciones de encierro que provocó la pandemia en todo el mundo aceleraron los alcances de este concepto. Demostró con claridad la necesidad de conectar en el ciberespacio un lugar seguro y libre de los riesgos.
La Web 3 ya posibilita la creación de espacios de interacción entre internautas a la escala que el metaverso supone. Asimismo, los intercambios en criptomonedas facilitan la dinámica mercantil dentro de estos entornos virtuales. Lo que veremos a futuro, será un metaverso mucho más complejizado y adaptado.
Su evolución está en marcha ligada, además, al desarrollo de la inteligencia artificial. Seguramente traerá mayores alcances en la Web 4, donde la veremos mucho más establecida y aplicada a diferentes aspectos de la vida cotidiana.
¿Cuándo podremos ver efectivamente la Web 3 en nuestros dispositivos?
Los avances en tecnología y el desarrollo de la arquitectura en la web no son cambios puntuales. No existe un momento exacto para reiniciar nuestros dispositivos y encontrar una nueva actualización del sistema. Se trata de una adaptación progresiva, producto de las necesidades que surgen de su utilización.
Es importante destacar que la adaptación de la web no es solo un fenómeno informático, sino que abarca la complejidad del cambio socioeconómico. El mundo cambia y la web cambia con él. Hoy en día, ya estamos viviendo el pasaje de la Web 2.0 a la Web 3 y hasta estamos frente al nacimiento de la Web 4.